de qué hablo, cuando hablo del verano I

el otro día, bueno realmente son muchos días, cuando caminaba rumbo a la tienda por la gran Gran Vía a pleno sol a las dos de la tarde pensaba en el verano, en el verano que se entiende por vacaciones y como a mí este año me tocan bastante tarde, en septiembre concretamente, mientras caminaba me venían a la cabeza imágenes felices de antiguos veranos así me evadía del camino de siempre....

me acordaba del camino junto a mis hermanos, Leti y mi abuela a las tres de la tarde por la calle Ronda (que es la Gran Vía Calatorense) después de ver "Fama" y años después "Sensación de Vivir" con la bolsa cargada con la toalla y un maravilloso bocadillo de jamon de york "pasado por la sartén" y un zumo de melocotón,

 me acordaba como cuando llegábamos a la piscina estirábamos las toallas y corríamos al agua (cada día igual y como si fuera la última) y nos bañábamos un montón de rato y jugábamos a tiburón hasta que mi abuela nos decía que teníamos que salir para merendar (para ella merendar era obligatorio) y después jugábamos a las cartas a "burro" o al "mentiroso"

 y me acordaba del helado de después: frigopie, superchoc o flash de" cocacola" y cómo venía mi madre a última hora a recogernos, con cara cansada pero contenta de vernos allí, tan sanotes y salvajes

 y me acordaba de que luego volvíamos a casa en coche, en el Ford Escort amarillo (con un mordisco de mi hermano en la espuma del reposa cabezas del copiloto) que había estado al sol y que no había dios que estuviese allí dentro.

De volver a casa y tender la toalla y el bañador en el tendedor como un ritual rutinario y del "no te vayas a la cama con el pelo mojado" y luego por la noche en la cama dormirse plácidamente porque al día siguiente había que rellenar el "vacaciones Santillana" y eso llevaba lo suyo...